La Sanidad Pública en crisis por la excesiva burocracia:

Hace años que los medios de comunicación nos cuentan que tenemos la mejor Sanidad Pública del mundo, y que nos debemos sentir orgullosos por ello. Nos engañan con argumentos propios de vende-motos: “Fíjense si nuestra Sanidad Pública es la mejor que existe que incluso los alemanes y los ingleses vienen a operarse a España pese a que sus países están más desarrollados que el nuestro”. Este argumento es el que subyace detrás de muchas de las noticias, si bien no expresado de manera tan directa.

Llegados a este punto, la mayor parte del pueblo se lo cree ¿cómo podría ser de otro modo? Sin embargo aquellos que han tratado con la ineficiencia del sistema, se empiezan a dar cuenta de que algo huele a podrido en lo que nos cuentan. Esperamos largas colas para ir a especialistas, teniendo que aguantar dolores de hasta dos meses para ir a un otorrino o de hasta cuatro meses para cortar una uña infectada, con el inevitable riesgo de que empeore.  Entonces usan el argumento de que “Hay mucha gente en la Sanidad Pública y los recursos son muy limitados, no podemos hacer más de lo que hacemos, y por lo tanto, nos debemos conformar”.

No, el problema no es que haya demasiada gente, eso es solo un agravante, la causa es la excesiva burocratización de la Sanidad Pública y el ineficiente uso de los recursos. 

Defiendo la Sanidad Pública, pero no lo que tenemos hoy en día, que solo es la embajada de la burocracia, porque una solución fuera de plazo tiene un elevado coste humano que es inadmisible. La Sanidad Pública es el camino correcto desde un punto de vista económico y humano, pero para ello, hay que apostar por eliminar la plaga de burocracia, que tanto azota a todas las ramas de la Administración Pública, se deben agilizar las listas de espera, reformar las urgencias sanitarias, reestructurar las funciones del personal y reorganizar su rígida estructura. 

Al argumento de la saturación de la Sanidad Pública hay que responder que incluso una persona que tenga un salario de 500€/mes, a pesar de ser precario, paga en concepto de Sanidad Pública lo mismo que lo que pagaría a las compañías aseguradoras privadas. Y sin embargo en la pública hay listas de espera para un especialista de 1 a 2 meses, mientras que en la privada es de tan sólo 3 días pudiendo además elegir el especialista.

Las trabas para atenderte un especialista: No tiene sentido que haya que ir a un médico de medicina general para que luego te haga una autorización con la que poder ir al especialista que es sellada posteriormente para darte una cita al especialista cuyos resultados tienes que llevar de nuevo al de medicina general, es decir, tres médicos y un largo proceso cuando en este caso, solo era necesario uno ¿Hay alguien que en su sano juicio pueda ver esto normal? Si los especialistas están demasiado saturados, quizá haya que contratar más especialistas y menos de medicina general, porque no tiene sentido que la lista de espera para un especialista sea de 1 a 2 meses mientras que el de medicina general sea de 1 a 2 días.

Las guardias en urgencia: No tiene sentido que los médicos aprendices hagan el trabajo de los veteranos mientras éstos últimos duermen. Primeramente porque es su obligación supervisarles y enseñarles. En segundo lugar porque los veteranos pueden hacer el mismo trabajo de un modo más eficiente. Y en tercer y último lugar, porque están cobrando un sueldo sin trabajarlo (unos 600€ por guardia ¿Dónde hay que firmar?)

En definitiva, tenemos una Sanidad Pública que no nos merecemos, ya que, se puede conseguir mucho más con los recursos disponibles. Hay que empezar a gestionarla usando criterios de salud dejando de lado los ideológicos, políticos y partidistas. Hay que tener claro que estamos hablando de salud, y que cada caso es una persona con una dolencia, con una historia detrás, y no un papel o un número de caso como sucede en la actualidad. La Sanidad Pública no es gratuita, no la paga el Gobierno, la pagamos entre todos y no es precisamente poco dinero por lo que tenemos el derecho y el deber ético de exigir su buen uso y perfecta administración. 

¡¡¡Luchemos por una Sanidad Pública y libre, pero eficiente y útil para el pueblo que es quién la paga!!!