El psicólogo social Erich Fromm analizó las circunstancias
sociales que llevaron a Alemania a abrazar abiertamente una ideología
totalitaria como el fascismo. Es preocupante ver el asombroso parecido entre la
sociedad que describía Erich Fromm y la española en la actualidad. Dicho
análisis parece haber sido escrito en la actualidad y no en la década de los
70s.
¿Cómo llegó el nazismo al poder? Algunos sostienen que se
debió al engaño de una minoría, a una ideología, a ciertas circunstancias
políticas o económicas, no obstante, eso
no es suficiente. La ideología puede existir y no tener arraigo, es el carácter social el que lleva a una
sociedad a abrazar ciertas ideologías que sean afines. A veces una ideología puede permanecer latente incluso siglos. A lo
largo de la historia, han existido numerosas ideologías cuya repercusión social
fue mínima cuando se dieron a conocer, o incluso, que fueron rechazadas, pero
luego, cuando las circunstancias sociales y, sobre todo, el carácter social
eran afines a dichas ideas, se han aceptado ampliamente.
¿Cuál fue el carácter
social en la Alemania pre-nazi? ¿Y
actualmente en España?
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En Alemania: “La
falta de resistencia popular, dejarse llevar. La sociedad no se implica
activamente en política”. En España hay un pasotismo alarmante. Se adopta
una actitud pasiva ante la política, de resignación, de impotencia, de nada de
lo que se haga valdrá para nada o incluso
“es más cómodo dejarse llevar y no hacer nada”, “votar cada cuatro años
para tranquilizar la conciencia de buen ciudadano implicado con la
democracia y dejarlo pasar”.
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En Alemania:
“Cansancio y resignación”. En España la tiranía de los grandes partidos
impide que la gente participe activamente en la política. Solo los “trepas” más
cercanos a la cúpula, que miran por sus intereses egoístas, pueden cambiar
algo, dejando al resto cansados, resignados y abiertos al dejar hacer.
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En Alemania:
“Duda acerca de la utilidad de cualquier tipo de organización o actividad
política”. En España cualquier tipo de actividad política fuera de partidos
mayoritarios es una utopía, una pérdida
de tiempo e incluso se mira con malos ojos, como parte de la sociedad al #15M.
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En Alemania:
“Desmoronamiento de la esperanza popular, las victorias sociales iniciales se
perdieron”. Con la excusa de la crisis, España ha eliminado derechos
sociales que costó décadas de esfuerzos. La crisis económica ha producido una
crisis de autoestima en la clase trabajadora, ha hecho que mucha gente apta
baje el listón y piense que no vale para nada al no tener trabajo a largo
plazo. Esto es especialmente grave en una cultura capitalista orientada al
trabajo, donde la principal seña de identidad es el puesto laboral. Si no
piensen, ¿qué es lo que se dice después del nombre al presentarte? La
profesión, incluso en presentaciones lejos del ámbito profesional. Hoy en día,
no tener trabajo durante mucho tiempo es renunciar a parte de nuestra
personalidad, de nuestra identidad.
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En Alemania:
“Desconfianza en los líderes”. La política en España es la profesión peor
valorada según los últimos estudios.
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En Alemania:
“Abandono de las utopías e ideales”. Los obreros siguieron afiliados a sus
respectivos partidos, y conscientemente, no dejaron de creer en sus doctrinas,
pero en lo profundo de su conciencia, muchos de ellos habían abandonado toda
esperanza en la eficiencia de la actividad política. En España sucede igual,
ideología de boquilla, implicación CERO.
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En Alemania:
“Miedo al aislamiento”. En España la mayoría vota al PPSOE por sentirse al
lado de los “suyos”, la mayoría, se convierte en un sentimiento, en un
fanatismo.
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En Alemania:
“Abandono de los valores tradicionales. Se fomenta la mezquindad, hostilidad,
avaricia, no solo respecto al dinero, sino también a los sentimientos”. En
España se ha abrazado al becerro de oro, como en muchos otros países, el
materialismo ha hecho que todo se mire desde un prisma mercantilista,
utilitarista, incluso las relaciones humanas se convierten en simples
objetos. En palabras de Voltaire:
“Quienes creen que el dinero lo hace todo terminan haciendo todo por dinero”.
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En Alemania:
“Amor al fuerte y odio al débil”. En España esto se puede ver en el ámbito
empresarial, en la típica “cadena del grito”: “el de arriba se descarga con el
de abajo hasta llegar al último peldaño”.
En palabras de Pío Baroja: "En España, lo que se paga no es el
trabajo, sino la sumisión". No es raro que el que odia al jefe déspota,
sea aún más déspota con los de abajo. El español medio legitimiza la relación
amo-esclavo. Uno es el que manda, como si su poder viniera del mismísimo Dios y
los demás obedecen estoicamente con la mejor cara posible.
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En Alemania:
“Falta de espíritu crítico”. En España llevamos décadas de lavado de
cerebro usando la máxima de “pan y circo” y del “carpe diem”, ¿para qué
preocuparse del mañana?
Como se puede ver, en España, la tierra es fértil para un
totalitarismo, solo falta la semilla que tarde o temprano caerá y agarrará, a
menos que la purguemos a tiempo. La situación es alarmante, pero algo puede cambiar si no nos conformamos,
si mantenemos un activismo político saludable.
Puedes ayudar a revertir la situación empezando por tu entorno: compártelo, conciencia y actúa.
Mientras tanto, el tiempo pasa y la situación se agrava.
Desde luego estoy de acuerdo, con este artículo.
ResponderEliminarMayormente veo que hay empezar ante todo por un espiritu crítico, pues hoy dia en España, como bién dices hay una tendencia a votar por los que se consideran suyos.
No se miran los hechos, y se amparan en un sentimentalismo, sin razón, y falta de una conciencia autenticamente política.
Hay partidos, que para nada se corresponden conlas siglas que ostentan, más bien todo lo contrario.
Y el movimiento de masas impulsado por algunos en la sombra, a veces reponden a unos intereses, que no son los que se pregonan. Dando lugar a una manipulación, que a veces se les puede ir de las manos a los manipuladores..
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