Este jueves estuve en la huelga general, yendo con el bloque crítico en Sevilla. Mi impresión ha sido bastante buena, la verdad: gran cantidad de gente que iba en un sólo bloque en una convocatoria aparte de las realizadas por CCOO y UGT, que, teniendo sus diferencias respecto a ambos sindicatos mayoritarios, salieron a la calle también ese mismo día para protestar contra la última reforma laboral.
Mi impresión ha sido que esta última huelga general ha sido bastante mejor que la anterior convocatoria, pero aún insuficiente para derribar la reforma laboral y provocar cambios serios. Está claro que el camino es más largo, pero éste ha sido sin duda un buen comienzo, y dentro de lo que es el "bloque crítico" (15m, sindicatos alternativos como CNT y CGT, y cualquier otro descontento con la actuación de los sindicatos mayoritarios que se quisiera sumar a la marcha) se ha conseguido aglutinar a un gran número de gente, rivalizando incluso en algunas ciudades como Madrid y aglutinando una cantidad nada despreciable en zonas de gran influencia de los sindicatos mayoritarios como por ejemplo Oviedo. En pocas palabras, y como ya han dicho más gente antes que yo: un buen comienzo para futuras movilizaciones, y además, conseguir crear un frente unitario que supere el modelo que representan UGT y CCOO, y apueste por una aún mayor horizontalidad e independencia.
Pero, como en todo, también han habido sucesos que no debemos dejar de lado y tenerlos presentes, como es la violencia innecesaria. No voy a pretender ser políticamente correcto, sino poner las cosas en su sitio: en toda huelga, como enfrentamiento que es de unos intereses contra otros, SIEMPRE habrá violencia, y se podrá discutir sobre la legitimidad o no de la misma todo lo que se quiera. Pero si vamos a discutir sobre violencia y su "legitimidad", no hagamos trampa centrándonos sólo en la de unos pocos achacándola a todo un colectivo y olvidando toda la demás, como se ha hecho últimamente desde los medios achacándola solamente a piquetes violentos y disturbios de supuestos "antisistema"...
Evidentemente que habrá piquetes violentos, pero ni de lejos todos son así, NI MUCHO MENOS SON LOS ÚNICOS QUE RECURREN A LA VIOLENCIA, y aquí entra también la violencia que ejercen a través de la coacción numerosas empresas (que además, cuanto más grandes, más aumentan dichas coacciones de forma preocupante), entre las que destacan El Corte Inglés y Mercadona, que pueden llegar incluso a amenazar con el despido directamente (aún siendo ilegal en teoría despedir a alguien por ejercer su derecho de huelga) y algunos casos de violencia contra piquetes que no han pasado desapercibidos; y también la violencia indiscriminada que en ciertos casos ejercen los cuerpos de seguridad del estado, destacando, como ya es costumbre, los mossos d'esquadra en Barcelona. En esto último los medios sólo señalan a antisistemas y demás para justificar la violencia que luego se ejerce contra una mayoría pacífica, llegando en esta ocasión al uso de gases lacrimógenos, pero últimamente y cada vez con más frecuencia, siempre que hay problemas en Barcelona y Valencia que se achacan a una "minoría antisistema", aparecen numerosos vídeos y fotos en internet que señalan a infiltrados policiales y abusos de unidades de antidisturbios sin provocación alguna o, al menos, sin provocaciones proporcionales a la respuesta que dan.
Debemos tener especial cuidado con estos casos y, si bien la violencia innecesaria puede venir de cualquier lado, la más peligrosa y denunciable es ésta: la que viene de quienes tienen el poder para coaccionar (principalmente grandes empresas), y la que venga de los mismos cuerpos de seguridad del estado que son quienes en teoría deberían proteger los derechos de todos en la calle. Y más que se debe denunciar cuando ya hay quienes de entre la casta política están abogando por limitar el derecho de huelga (curiosamente, CiU, que gobierna en la comunidad donde los altercados son más frecuentes junto con denuncias de infiltrados, abusos policiales y ocultación de números de identificación en la policía del lugar).
Tras esto, insistir en que aún queda mucho camino por recorrer, y que una sola huelga de un día no es ni será suficiente, nunca más. En Grecia llevan ya varias y aún les queda bastante, y lo saben. Ya no nos enfrentamos a una reforma laboral ni a medidas impuestas en un sólo país, sino que medidas que vienen impuestas desde fuera, desde la UE. Por eso tengamos presente nosotros también que, si bien mediante la movilización se puede hacer bastante por cambiar las cosas, no lo vamos a tener fácil ni lo solucionaremos en dos días. Pero lo más importante de todo, es que no perdamos de vista nuestros objetivos, ni nuestra determinación, porque la movilización y la denuncia continua de cada vez más gente, es el camino, y ya hemos empezado a andarlo. No nos echemos atrás.
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