La educación es un sector estratégico sobretodo en una democracia. Ésta influye sobre el comportamiento, forma de pensar e ideología política de los ciudadanos, que en última instancia son los que eligen a su gobierno mediante votación.
De este modo, cuando España transfirió las competencias de educación a las comunidades autónomas cometió un error fatal, pues eso potenció a los nacionalismos, les dio vida, aire vital, nueva sangre. A través de la educación es muy fácil manipular a la ciudadanía y hacer que piensen lo que los políticos quieran. Este problema se agrava con la polémica asignatura de ciudadanía cuyo contenido puede servir para manipular a los jóvenes de manera rápida y efectiva para que sean afines al partido que este en ese momento en el poder.
En la educación de ciertas comunidades, se distorsiona la historia, se inculca en los jóvenes un sentimiento artificial de superioridad, de distinción respecto al resto de conciudadanos españoles. De este modo se cultiva un cáncer en la sociedad, pues cada vez habrá mas pronacionalistas gracias a esta educación, y a la vez, como los políticos son elegidos mediante votación, estos serán más nacionalistas lo que lleva a que nuevamente manipularan la educación para conseguir más votantes nacionalistas, se entra así en una espiral de la que es difícil salir.
En resumen, cuando se transfirió la educación a las comunidades no se consiguió una mayor libertad de esas comunidades, sino un sentimiento artificial de resentimiento respecto a los demás ciudadanos españoles debido a una manipulación pervertida y atroz por parte de la política nacionalista.
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