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jueves, 1 de mayo de 2014

De la palabra a los hechos, parte 2: cultura y educación

La cultura y la educación de los individuos y los pueblos (o la ausencia de ambas) es determinante a la hora de, primero analizar la realidad que nos rodea, y después construir alternativas.

Lo primero que debemos tener claro tanto de la cultura como de la educación, es que sin llegar a ser sinónimos completamente, sí van de la mano y nos llegan por diversas vías. Desde los centros educativos (boicoteados años tras años con nuevas leyes educativas destinadas cada vez más a la instrumentalización del personal y menos a la formación de individuos críticos, recortes en becas y presupuestos, despidos de profesores...), pasando por los medios de comunicación ya citados no pocas veces en este blog, hasta el día a día que abarca desde nuestras relaciones familiares, sociales, laborales, expectativas de futuro...o ausencia de varias de estas cosas que he mencionado en último lugar. Todo ello educa, todo ello crea y reinventa las culturas de todos y cada uno de nosotros..

Debemos tener claro que no se trata de simple acumulación de conocimientos, sino también, y antes, de actitud ante la vida y cómo está justificada dicha actitud. Incluso el como concebir la propiedad, el individualismo o el sentimiento de comunidad, el deseo de autosuperación y de querer alcanzar metas o el pasotismo y la apatía más extrema, son cuestiones culturales que aprendemos o rechazamos según el caso; y, porque no decirlo, también es IDEOLOGÍA.

Y estos son dos elementos a tener en cuenta que muchos no se atreven siquiera en admitirlos como tales: que nuestra cultura y educación son determinantes a la hora de cómo actuamos ante la vida (y al no reconocer los orígenes de la misma, no hacemos la más mínima autocrítica al respecto), y que es también una cuestión de ideas, de principios, de concebir el mundo en el que vivimos y de actuar en consecuencia.

Como sociedad, estamos llenos de prejuicios, y desde los poderes económicos que buscan implantar SU cultura y sus lacayos (mal llamados medios de “comunicación”, entre los cuales ocupa un lugar destacado el estado y sus propios voceros) nos bombardean con lo que según ellos debe parecernos lo correcto y gustarnos, y criminalizar, menospreciar o ignorar directamente a todo aquello que sea distinto y transmita valores que no les interese. Y esto, venga en el formato que venga: periódicos, programas de televisión y radio, arte, publicidad, música, incluso cierta literatura y filosofía...

Antes mencioné la castración de la educación mediante la deriva que está tomando con cada nueva ley educativa orientada a convertirla en una forma de simplemente convertir en instrumentos al personal dejando cada vez más de lado un mínimo de formación como individuos críticos, los recortes en presupuesto y becas, despidos de profesores...desde el estado. A su manera, con la cultura también están haciendo sus propios ensayos de cómo castrarla para sus intereses: subidas de impuestos menos a lo que interesa a ciertos elementos y, sobre todo, la ley Sinde-Wert, por citar sólo dos ejemplos. Curiosamente ésta tiene entre sus defensores a ultranza, no sólo a los típicos personajes representantes de las sociedades de gestión de turno (corruptos los más habladores de ellos, por cierto), sino también a ciertos intelectuales “respetabilísimos”...todos ellos parte, por supuesto, de la minoría beneficiada y también defensora a ultranza del (en su momento tan polémico) canon.


¿Las consecuencias de todo esto? Entre otras cosas, eliminar el pensamiento crítico, la instrumentalización del individuo para que sólo produzca y obedezca, la concepción de la cultura a la larga como propiedad privada antes que como bien común para, finalmente, verlo sólo como un producto de consumo para elites (en esto último acaba influyendo más el precio y la cada vez menor calidad de vida). 

O lo que es lo mismo: acabar con nuestra libertad convirtiéndonos en objetos de producción, anulándonos como individuos. Y curioso cuanto menos que quienes más se llenen la boca hablando de libertad y democracia sean quienes más interesados están en todo esto, ¿verdad?

1 comentario:

  1. Sobre este tema hay un caso reciente que seguro te interesa...

    Veintiocho días después de que se estrenase con sobresaliente éxito el documental “Poder contra verdad”, sobre la destrucción de la primera fábrica de algodón del siglo XVIII en Ávila, que describía las irregularidades cometidas por Ángel Acebes (Alcalde de la ciudad, entonces) y por las diversas autoridades del PP, su autor José Ramón Rebollada (Jota) fue despedido como Jefe de Informativos de SER Ávila.

    Jota es un periodista absolutamente reconocido en Ávila por todas las fuerzas políticas y sociales, con la excepción del PP, que manifestaron su disconformidad con el despido y demandaron su readmisión mediante un comunicado a la SER, que no ha merecido siquiera una respuesta. La credibilidad de la SER y los valores que dice defender están abiertamente cuestionados con este proceder. Deben reconsiderar su decisión y readmitir a Jota, por la libertad de expresión.

    Y por ello puedes firmar:
    http://www.change.org/es/peticiones/alejandro-nieto-molina-demandamos-la-inmediata-readmisi%C3%B3n-de-j-ram%C3%B3n-rebollada-jota-jefe-de-informativos-de-ser-%C3%A1vila-tras-un-despido-injusto-y-sin-fundamento

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