Es un momento de crisis, de ataques brutales a la mayoría, de recortes y, digámoslo también sin tapujos, de represión "democrática". Pero también es un momento de oro para que la sociedad se rebele y se levante, y ponga las cosas en su sitio.
Diferentes propuestas, más de una se han comentado en este blog, van desarrollándose más, pero si no llegan al común de la gente, será difícil que prospere. Por eso yo animo a que cada uno con los medios de que disponga, haga todo lo posible por esparcir la semilla de la rebelión, de la duda ante lo establecido y dictado, para que todo desemboque en el cambio necesario para que prosperemos, tanto como individuos, como sociedad.
Primero lleguemos al libre pensamiento, después a la acción, y no temamos que nos señalen como antisistemas, pues, al fin y al cabo, esto último debería ser más un halago que otra cosa hoy día.
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